En los pueblos andinos, donde todavía se venera a la Mamapacha y los Apus, la Navidad tiene matices particulares desde la época de la Conquista, donde el Niño Manuelito o Quaoaqpa Churín, es la representación de Jesús y para quien están dirigidas las ofrendas, las oraciones, los cantos y las danzas.
En el Cusco, la imagen del Niño Manuelito, es venerada durante las fiestas navideñas durante la festividad del “Santuranticuy”, que se prepara con seis meses de anticipación y se escenifica en la Plaza de Armas de la antigua Ciudad Imperial de los Incas , donde artesanos de todas las comarcas llegan con sus creaciones.
Nacimiento de Enmanuel
De acuerdo a las crónicas de la Colonia, en el siglo XVII los sacerdotes españoles, Biblia en mano, recorrían las comunidades andinas, en una ardua y constante misión evangelizadora. Al hablar sobre las profecías del nacimiento del Mesías, se referían a las palabras premonitorias de Isaías, sobre Enmanuel el niño que nacería en Belén y cuyo nombre significa “Dios está con nosotros”.
La degeneración fonética y el paso de los años determinaron que los habitantes del Cusco virreinal empezaron a llamar al Mesías con el nombre de Manuel, empezando una tradición que hoy prevalece a pesar del paso de los siglos.
La imagen del niño Manuelito ha sido creada en una fusión de lo hispano con lo andino, por lo que se torna diversa y dinámica. Algunos artesanos lo esculpen con el rostro de un niño blanco pero con “chapas” rojas en alusión al clima de la sierra.
Otros prefieren escenificarlo con la piel cobriza de los indios. El común denominador es, sin embargo, su mirada pura y los brazos abiertos en señal de recibimiento.
Un niño vivaz
A diferencia del niño Jesús tradicional, al que se observa generalmente en brazos de la Virgen María, el Manuelito andino es juguetón, risueño y los artesanos lo han esculpido incluso correteando, cansado o dormido.
En algunas representaciones, el niño Manuelito tiene el pie herido por una espina, otras aparece gateando y tratando de erguirse o con la mano en la cabeza en actitud de meditación.
De acuerdo a las tradiciones andinas, no son las campanas de Belén que anuncian el nacimiento del Salvador sino las de la Iglesia del Cusco.
Los misterios y milagros
Antiguamente los fieles colocaban joyas en el Nacimiento de Manuelito por cuanto se creía que debía tener debe tener “alma de oro”, tradición que ha quedado relegada por una costumbre más práctica, pequeños regalos con valor simbólico.
De acuerdo a las leyendas andinas, el niño Manuelito no se queda tranquilo en su cuna. En las noches frías cusqueñas parpadea lentamente, y el reflejo de sus ojos se torna vivo como un arroyo manso.
A veces sonríe al cielo y camina con su esplendoroso atuendo hasta el portal de una iglesia, donde varios niños corren sin parar. Se divierte con ellos, por lo que su indumentaria queda manchada con tierra y lodo, pero sigue jugando.
Santuranticuy
Desde seis meses antes, artesanos cuzqueños y de las ciudades vecinas se preparan y ensayan sus mejores técnicas para agasajar con esculturas al niño Manuelito en la fiesta del Santuranticuy que se celebra en la Plaza de Armas de la Ciudad Imperial de los Incas, durante las fiestas navideñas.
Las creaciones son vendidas en la feria a los miles de visitantes, quienes las colocarán en los pesebres de sus casas.
Y es que la Navidad en el Cusco es una ofrenda sincera, y la tradición del niño Manuelito indica que el día del nacimiento de Dios es una fecha de ofrenda para él.
Por esa razón, los regalos deben esperar a la Bajada de los Reyes. Mientras tanto, sólo hay buñuelitos, bombones, turrones y chocolate caliente.
Al respecto, Alfonsina Barrionuevo escribe:
Al respecto, Alfonsina Barrionuevo escribe:
"El Santurantikuy es la única feria navideña, con una antigüedad de cuatro siglos, que hay en el Perú. El 24 de diciembre artistas y artesanos con una vieja tradición que va de padres a hijos y aprendices, ocupan los portales y parte de la gran Plaza de Armas del Cusco para vender imágenes del Sagrado Misterio, túnicas y mantos bordados de seda y terciopelo, pastores, animales para el pesebre; ramas de sauco y molle, trigos recién brotados y hasta musgo para decorar los Belenes o Nacimientos".
Comidas Tradicionales
“La Navidad en los pueblos del Perú es un jubileo de aromas y sabores. En el Cusco, después de la Misa de Gallo, se sirve el aromático chocolate con pan de yema y maicillos o el caldo de gallina, en Ayacucho la sápida sopa de mondongo, en Pasco el caldo de cabeza de carnero, en Cajamarca los chanchitos de leche, en Piura el pavo de monte con rodajas de piña, en Ica la carapulcra y los "orincitos del Niño" de uva agraz, en Arequipa, las ensaladas, en Ancash el champús caliente con tortitas de manteca y así sucesivamente de acuerdo al lugar.”
Pero, si bien es cierto que Manuelito es la representación de la navidad andina, hay otros niños Jesús en la costa, sierra y selva, que se han convertido en tradiciones con profundo fervor popular.
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