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Las palmeras aparecen sobre la tierra en el Cretáceo, habiéndose encontrado fósiles de hasta el norte de la actual Alemania. Así pues ha existido un número incalculable de especies en el curso de su evolución.
Cuando aparece en escena el hombre la adopta y la utiliza en su alimentación y para su protección. De esta forma, la palmera es símbolo de vida y un elemento importante en las manifestaciones culturales y religiosas de todos los pueblos que las poseen.
En Mesopotamia, cuna de nuestra civilización, y donde se sitúa el jardín del Edén, fue el árbol del oráculo. La datilera se cultiva desde hace más de cinco mil años.
Se afirma que los fenicios fueron los que le dieron el nombre de Phoenix a la datilera, pero también su nombre griego nos indica que está dedicada al legendario pájaro egipcio que renace de sus cenizas. La leyenda egipcia está inspirada en el culto a Heliópolis, donde la palmera y el pájaro figuran inmortalizados.
Otras manifestaciones de la antigüedad de la palmera y de su relación con el hombre las encontramos en varias religiones, así a Jesucristo se le dio la bienvenida a Jerusalén con hojas de palmera, la palma de esta planta se utiliza en numerosas celebraciones judías y Mahoma dijo: “el hombre debe ser recto, justo y generoso como la palmera”.
En el siglo XIX un tercio de la humanidad vivía gracias a las palmeras. Con la evolución de la sociedad, los hombres buscan la rentabilidad del patrimonio de la humanidad representado por los bosques primarios, destruyendo en algunas zonas hasta el 90% , desapareciendo irremediablemente algunas especies de palmeras para proceder con la plantación de otros tipos mucho más rentables económicamente como Cocos nucifera y Elaeis guineensis.
Desde tiempos inmemoriales los habitantes de los bosques de palmeras han sabido que un número importante de palmeras les son útiles en su alimentación, bebidas, combustible, construcción de habitáculos, muebles, objetos de decoración, medicamentos... El interés por las palmeras está en constante crecimiento hasta el punto de que en algunos países el seguimiento de las mismas es casi fanático. En la actualidad se encuentran en casi todos los rincones del mundo y se utilizan para distintos usos, desde meramente decorativos como lo puedan ser en cualquier entorno tropical o edificio público, hasta usos agrícolas como lo son las plantaciones de dátiles en Oriente Medio o de palmito en Brasil.
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