El mundialmente reconocido César Vallejo vio la luz en Santiago de Chuco, La Libertad. Una vida después, murió enfermo y solo en 1938, dejando una obra que lo llevaría a ser considerado, por críticos especializados, como “el más grande poeta universal después de Dante Alighieri”.
En Lima publicó “Los Heraldos Negros” (1918), donde se pueden apreciar sus tendencias modernistas. El sufrimiento de los hombres y la sociedad injusta constituyen la principal temática en esta obra. En 1920, es llevado injustamente a la cárcel tras una revuelta popular. Allí escribe “Trilce” (publicada en 1922), una de sus máximas obras de poesía vanguardista.
Vallejo no solo escribió versos, sino que también escribió novelas con fuerte contenido social y de protesta, como “Escalas Melografiadas” (1923), colección de estampas y relatos; “Paco Yunque” (1931), la historia de un niño de la sierra que era discriminado en su colegio, o “El Tungsteno” (1931), que retrata el abuso que sufren los peones y empleados indios de parte de las grandes empresas mineras. Entre su producción teatral está “Lock-out” (1930) y “Moscú contra Moscú” (1930), más tarde llamada “Entre las dos orillas corre el río”.
Vallejo, tal como lo predijo en su poema “Piedra negra sobre una piedra blanca”, murió en París el 15 de abril en 1938, y tras su muerte se publicaron sus obras “Poemas Humanos” y “España, aparta de mí este cáliz”, consideradas como las mejores obras del poeta peruano más universal.
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